Un pilar para integrar políticas sostenibles e inclusivas

El DEL representa una manera de pensar, planificar y actuar que prioriza el protagonismo de los territorios en la construcción de su propio desarrollo reconociendo que los procesos de crecimiento económico, inclusión social y sostenibilidad ambiental deben ser impulsados desde el nivel local, con la participación de actores locales y una comprensión profunda del contexto territorial.

El desarrollo económico local se ha convertido en un eje fundamental en la agenda de las políticas sociales y urbanas, distanciándose de su posición anterior como una política secundaria. En la actualidad, se reconoce como una estrategia clave para promover un crecimiento sostenible en ciudades y territorios.

Este cambio de enfoque ha surgido como respuesta a una serie de desafíos y transformaciones, tanto a nivel global como local. La aparición de crisis económicas, políticas nacionales no adaptas a las necesidades reales de la sociedad, y los procesos de descentralización institucional han desencadenado una serie de demandas por parte de las comunidades locales, mientras que han aumentado la responsabilidad de los gobiernos locales y regionales en términos de atracción de inversiones, generación de empleo y mejora de la calidad de vida de sus habitantes.

El DEL cobra especial relevancia porque:

3. Valora y aprovecha los recursos endógenos

A diferencia de enfoques centrados en la atracción de inversión externa o en la explotación de recursos sin conexión con el entorno, el DEL se basa en el aprovechamiento del capital local: conocimientos, redes sociales, iniciativas económicas, patrimonio cultural, capacidades productivas y recursos naturales. Esto fortalece la economía local desde dentro.

4. Articula lo económico con lo social y lo ambiental

No se limita al crecimiento del PIB local, sino que busca generar empleo decente, mejorar la cohesión social, reducir desigualdades y fomentar la sostenibilidad ambiental, promoviendo un desarrollo más equilibrado e inclusivo.

7. Contribuye a una mayor equidad territorial

Al enfocar políticas y recursos en los territorios más rezagados, el DEL ayuda a cerrar brechas regionales y promueve un desarrollo más equitativo, fortaleciendo la cohesión territorial y reduciendo la concentración del desarrollo en pocas zonas urbanas.

8. Facilita la alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

Los ODS requieren implementación a escala local, y el DEL es una vía concreta para materializar metas globales en realidades locales, como la lucha contra la pobreza, el trabajo decente, la producción sostenible o la igualdad de género.